viernes, 25 de julio de 2014

Ausencia y futuro...

Hoy sentí la ausencia de las letras...
Sentí la necesidad de volver a escribir, porque escribir es una forma de hablar desde la mente, desde el alma...
Llevo tanto tiempo fuera del blog, que casi ni recordaba cómo entrar, deambulé por cada una de sus esquinas, apreté teclas que me llevaron por caminos de ausencia cyber y entonces supe, me convencí, no debo ausentarme más.
Dejo de decir, dejo de ser yo, cuando el silencio atrapa mis palabras y los deberes o la pereza atacan a mis dedos, paralizando la conexión que existe entre mi cerebro y mis manos, se pierde una parte de mi que luego necesita comunicarse con el resto de un todo y me quedo seca, acumulando en ausencias, las miles de cosas que quisiera compartir...

Hace un rato vi Cloud Atlas, la he visto casi tantas veces como a Matrix.  Con ambas me sucede lo mismo, cada vez que las disfruto (de hecho, es un gozo el recrearme en sus diálogos, actuaciones y tecnología, aunque ésto último sea lo que menos me mueva a verlas una y otra vez), les encuentro un nuevo mensaje, una nueva interpretación, otra enseñanza...

Cada una en su momento, han tocado temas fuertes y sobre todo, mueven a controversias, pues son enormes los aspectos sobre los que se puede hablar, cuando se analizan sus personajes, el contexto en que se encuentra cada uno de ellos, o simplemente las situaciones y planteamientos que emanan de sus .libretos.

No pretendo hacer un análisis sobre cine, ni intento hacer de éste re encuentro con ustedes en el blog,  una propaganda sobre el mercado de la pantalla grande. Es simplemente que me puse a pensar, ¿cuántas son las películas que nos dan la oportunidad de analizar el mundo que nos rodea, cuántas nos motivan a crear estados comparativos con la vida real? Muchas, podrían responderme. Sin embargo, yo me  identifico con éstas, no por el consumismo, ni por el ser humano como patrón de belleza o de moda, no, más allá de eso, ¿qué sucede dentro de nosotros? ¿Cuántas son las decisiones que hemos tomado en nuestras vidas que pudieron cambiar el futuro, como respuesta al paso que dimos, o no, quién lo sabe?

De haber elegido la otra píldora, ¿qué habría sucedido en Matrix... o en la vida real de cualquiera?
Y si el doctor no se hubiera deslumbrado ante las muelas revestidas de oro, en aquella apartada playa, tendría el hombre futuro adoración por una diosa china? Así entiendo yo que lo plantean en Cloud Atlas...

Y me pregunto también, ¿aquel día que no volvimos la cabeza al decir adiós, o aquel otro en que esquivamos la mirada de alguien, o simplemente en ése en que no respondimos o no dimos una sonrisa, cómo pudo marcar nuestro futuro?

Ante cada paso que damos, ante cada decisión, debemos aceptar que eternamente nos enfrentamos a consecuencias que no alcanzamos a distinguir, ni podemos imaginar hasta dónde nos pueden llevar, en ésta u otras vidas.  Pero sí estoy convencida de que somos parte de un algo total, desde mucho antes de nuestro nacimiento, en cualquiera de nuestros anteriores nacimientos y mucho mas allá de las veces en que volvamos a nacer. Acumular sabiduría es una pre disposición natural, sin importar raza, religión o condición de origen; entender esto, es el primer paso para engrandecer el futuro, porque absolutamente somos parte indivisible y por ende, será igual en consecuencias para cada uno.  Es nuestro deber rescatar la  nobleza que quede en el individuo, para asegurarnos que nuestro universo, continuará...

He regresado al blog, no quiero dejar de decir, acepto mi responsabilidad con el porvenir y los saludo a todos...